Anticipación & Risk Management
El desafío de los empresarios: resistir al COVID-19 y construir un futuro a prueba de crisis
23-04-2020
“CEDEC plantea la consultoría desde un punto de vista humanista”
La pandemia provocada por el COVID19 ha puesto, lamentablemente al mundo, a la humanidad y, obviamente a las empresas ante uno de los desafíos más complejos de las últimas décadas.
De repente, nos enfrentamos a una crisis completamente inesperada y con unos efectos que todavía son difíciles de predecir y medir.
Por lo tanto, los empresarios deben ser capaces de gestionar los problemas consecuentes a corto plazo, al mismo tiempo que diseñan una estrategia para una nueva realidad que los acompañará durante mucho tiempo.
EL PRESENTE
Teletrabajo: cómo gestionar la nueva fuerza de trabajo digital
La máxima prioridad para aquellos que dirigen un negocio hoy en día es proteger la salud y la seguridad de las personas que trabajan en la empresa. Por esta razón, incluso antes de la entrada en vigor de los decretos de alarma y el confinamiento consecuente, muchas empresas preparadas para activar el teletrabajo han alentado e implementado inmediatamente la posibilidad de trabajar a distancia, evitando así movimientos innecesarios para reducir los riesgos.
El teletrabajo ya existía en España desde hace muchos años, pero más como una fórmula para compaginar la vida familiar y la profesional o de poder contar con la colaboración de personal externo muy especializado, pero nunca de una manera tan global, extensa y prolongada basada en la protección interna y externa.
Ahora los empresarios tienen que aprender a liderar una "fuerza de trabajo digital", equipos de personas que no comparten un espacio físico y que trabajan juntos gracias a los medios que aporta la tecnología y la innovación, pero sin ningún contacto físico. Éste es sin duda un desafío bastante complejo en la gestión directa de los colaboradores, pero al mismo tiempo representa un importante paso adelante para la innovación empresarial que hay que saber aprovechar.
Por otro lado, esa distancia social con la que parece que deberemos convivir durante mucho tiempo cambiará muchos aspectos más en la vida empresarial por las prohibiciones administrativas y por la propia ética profesional. Cosas muy normales hasta ayer ya no serán posibles. Reuniones multitudinarias y en ocasiones inútiles, acompañamientos sobre el terreno a comerciales o técnicos poco justificadas, viajes o desplazamientos sin objetivos muy definidos, considerar los procesos de control de los riesgos laborales como una obligación administrativa, son acciones que definitivamente han pasado a mejor vida como el télex o la máquina de escribir en su día.
En este sentido, la emergencia COVID-19 debe ser aprovechada como una aceleradora de cambios en las empresas, lo que también requiere un mayor ejercicio de delegación por parte de las personas con funciones de coordinación y un mayor sentido de responsabilidad por parte de los miembros del equipo.
EL FUTURO
Gestionar el shock a corto plazo e imaginar la estrategia a largo plazo
Al mismo tiempo, además, la misión de los empresarios es mirar al futuro: repensar planes y organizaciones en diferentes escenarios. Esta crisis cambiará para siempre la forma en que vemos y gestionamos el negocio y pondrá a las empresas ante viejos desafíos, como el retorno de las fronteras, los nacionalismos, y los bloqueos y encarecimiento del movimiento de personas y mercancías, y nuevos, como la gestión de riesgos desde un punto de vista estratégico. Esta visión a largo plazo no limitada a resolver los problemas más apremiantes será necesaria para crear un negocio nuevo y más resistente.
La gestión de riesgos es un aspecto cada vez más crucial en los negocios. Sin embargo, la crisis causada por COVID-19 ha demostrado cuánto trabajo tienen que hacer todavía las empresas en este sentido. Hoy en día, todavía con demasiada frecuencia, la gestión de riesgos en la empresa se limita a escenarios más o menos predecibles, más o menos complejos, pero siempre vinculados sólo a la esfera de negocio y siempre gestionado desde el punto de vista del cumplimiento a corto plazo de objetivos y obligaciones y no desde un punto de vista estratégico.
Esto ya no es suficiente hoy. Esta crisis lo está demostrando. El riesgo es un aspecto generalizado e intrínseco de la sociedad contemporánea, interconectada y globalizada, que se mueve y cambia a una velocidad nunca vista, por lo que es imprescindible implantar un mecanismo de gestión de riesgos, incluidos los riesgos geopolíticos, sociales y sanitarios, y que, además, sean predictivos para minimizar al máximo sus consecuencias.
CEDEC, EL PASADO, EL PRESENTE Y EL FUTURO
CEDEC añade a su capacidad de ayuda a las empresas y empresarios una experiencia preciosa en las circunstancias actuales. Estamos acompañando a empresas que nos dieron su confianza hace más de 50 años…y seguimos con ellos. Hemos trabajado con los abuelos fundadores, luego con los padres y luego con los nietos de miles de empresas familiares que han pasado por multitud de vicisitudes y de las que han salido airosos. Esta será una crisis, gravísima sí, pero una más en la historia de aquellas empresas que entiendan que además tienen ahora una oportunidad de repensar su organización, su estrategia y su “modus operandi”
“Cuando salgas de esta tormenta, no serás la misma persona que entró en ella. De eso se trata la tormenta”
(H. Murakami)