¿Y si “líder” rimara con “desarrollador” (de talento)?

Mostrarse ejemplar

Si su deseo es llegar a ser jefe algún día, deténgase a pensar en aquellos que le serán confiados. Conciénciese de que, si usted frena, ellos se detendrán; si relaja, se adormecerán; si duda, perderán la esperanza. Pero si camina delante suyo, lo adelantarán; si les da la mano, darán su vida; y si cree en ellos, harán milagros.

Pasión y ejemplaridad son cualidades esenciales para un líder, ya que dar ejemplo es la mejor manera de influenciar a alguien. Un líder es, ante todo, un ser apasionado que conduce y sostiene a un colectivo, a un equipo.

De hecho, varios estudios han mostrado la relación que existe entre el grado de motivación de los trabajadores y la habilidad de su jefe para realizar el mismo trabajo exigido, habilidad comprobada con hechos presentes o pasados. Lo que garantiza que el jefe comprende los desafíos del trabajo e inspira respeto en aquellos que lo realizan actualmente.

Promover habilidades esenciales, identificar ejes de progreso

Ciertas personas nacen ya con capacidad de liderazgo, mientras que para otras es el fruto de un aprendizaje. Pero, en ambos casos, el líder debe buscar la manera de valorar a sus colaboradores y no sólo conformarse con la autoridad que impone su cargo. El reconocimiento de su equipo es, a menudo, una mejor valoración para él que el reconocimiento de sus superiores, aunque ambos sean satisfactorios… De hecho, es su equipo quien confirma algunas de sus habilidades propias en cuanto a pedagogía, ejemplaridad, dominio de materias y también empatía con la plantilla.

Saber ser objetivo, argumentativo y constante en el momento de dar feedback

Para reafirmarse como líder, el feedback también es esencial… pero sólo si lo sabe transmitir.

Por eso considero que un líder debe ser justo y equilibrado, lo que significa ser sincero y saber decir, siempre con la misma intensidad, cuando algo va bien o cuando va mal.

Cuando hablo de “sinceridad”, me refiero a varios aspectos:

• La sinceridad no debe estar vinculada a ningún lazo afectivo. Por lo tanto, el feedback debe estar basado en hechos objetivos. Por ejemplo: “Desde la semana pasada, siempre llegas tarde”.
• También es importante que el líder se exprese en primera persona para hacer entender el impacto que esta situación puede tener en el jefe y en la empresa. Por ejemplo: “Tus retrasos me hacen pensar que descuidas tu trabajo (percepción del jefe), lo que afecta a la progresión del proyecto (impacto para el resto del equipo y para la empresa)”.
• Si, además, el feedback se alimenta de explicaciones claras y orientadas hacia soluciones, y es proporcionado con amabilidad, se mantiene una relación harmoniosa con el trabajador. Por ejemplo: “¿Podrías explicarme por qué has llegado tarde?, ya que esto me ayudaría a entender mejor la situación. ¿Piensas que podemos encontrar una solución que te permita alcanzar tus objetivos y los del equipo?”.

Un líder debe ser justo y directo. Pero la verdad no siempre es fácil de decir o escuchar, por lo que también debe ser moderado, saber explicar sus palabras y, sobre todo, proponer soluciones. El diálogo debe servir para concretar los objetivos.

Y más vale ser ágil. Pues comunicarse con el equipo de manera regular permite mantener una relación harmoniosa. Al contrario, si se dejan pasar varios meses antes de hablar con un colaborador, se pueden acumular los temas de discusión, lo que puede dificultar la entrevista.

En resumen, si usted es un directivo pero quiere transformarse en un líder, debe convertirse en un influencer para su equipo, con su ejemplaridad, y en un desarrollador de talento, valorando las virtudes de cada uno.