Estrategia Empresarial
Salida de crisis, ¿el principio de la ilusión? ¿Sería así de fácil?
17-09-2019
En 2008, entramos en un periodo de crisis que se ha hecho notar hasta hace muy poco. Durante este periodo de casi diez años, los empresarios buscaron ante todo mantener su empresa a flote, garantizando sus beneficios, en el mejor de los casos, o su rentabilidad en el peor.
Es comprensible que en tal contexto los empresarios hayan tenido que abandonar sus sueños de expansión y posponer sus proyectos de emprendimiento hasta días más optimistas.
Sin embargo, vivir 10 años de crisis también puede significar no conocer nada más… como es el caso de los jóvenes empresarios que han heredado un negocio familiar. Empresarios que solo han conocido la crisis se encuentran hoy en día en una situación inédita: la recuperación progresiva del crecimiento, con capacidades de inversión más grandes y bancos menos reacios a hacer préstamos.
Pero sacar provecho de los efectos positivos de la recuperación económica no es tan evidente. Los elementos que entran en juego son, por un lado, el grado de confianza que se tiene en el futuro y, por otro lado, el hecho de saber trasmitir y hacer adherir los trabajadores, a su visión y proyectos para el futuro.
De hecho, los trabajadores son un elemento clave para la evolución y el crecimiento de la empresa. Si han sabido “sudar la camiseta” durante la crisis, por motivos diversos (apego a la empresa, sentimiento de pertenencia, panorama sombrío en el mercado laboral…), ahora tienen mejores expectativas para la empresa.
El empresario debe, por lo tanto, lidiar con varias presiones: las de sus propias ambiciones profesionales, las de los trabajadores y las de un mercado en el que debe cambiar su estrategia defensiva por una estrategia más agresiva. A esto también se puede añadir la presión por parte de la familia –en el caso de empresas familiares– que desea que la empresa prospere aún más y sacar así provecho de su crecimiento.
En este contexto, CEDEC puede acompañar al empresario y ayudarle a impulsar sus proyectos de desarrollo y a definir las etapas que le permitirán alcanzar sus objetivos, mientras trata las posibles dificultades. Así, CEDEC analiza las diferentes presiones (u ¡oportunidades!) del empresario y las pone en consideración con sus ambiciones de crecimiento, las posibilidades del mercado y el nivel de apoyo de sus colaboradores.
CEDEC puede así crear el entorno necesario para la puesta en marcha de una nueva visión de empresa. Esto pasa por la capacidad de liderazgo del empresario y por una comunicación fuerte con toda la plantilla. ¿De qué manera? Volviendo a crear espacios y tiempos de discusión entre el empresario y los trabajadores, favoreciendo el trabajo en equipo y dirigiendo la comunicación interna, por ejemplo.
En periodo de crisis, el empresario solía ejercer varias funciones operativas; ahora, si desea tornarse hacia proyectos estratégicos, deberá tomar perspectiva y delegar estas funciones en sus trabajadores. Con la ayuda de CEDEC, el empresario podrá volver a diseñar su estructura en función de sus proyectos y, por consecuente, hacer evolucionar las habilidades y los recursos disponibles.
¡Es tiempo de actuar! ¡No deje para el último momento sus sueños de emprendedor!