Estrategia Empresarial
Plan de relanzamiento: lo que hay que tener en cuenta
27-01-2021
Después de superar el período más difícil de una crisis todo empresario tiene el deseo de volver a poner en marcha su empresa. Para ello, será necesario un plan de relanzamiento.
Para prepararlo, se deberán tener en cuenta los posibles cambios en el mercado, las capacidades productivas de su empresa, sus recursos humanos, sus puntos fuertes y débiles, y los medios de financiación disponibles para la recuperación.
¿Cuál es la situación tras la crisis?
Es importante revisar los principales elementos de la empresa para establecer su plan de relanzamiento.
Dependiendo del sector, el entorno del mercado puede haber cambiado con la salida o la entrada de actores en el mercado. ¿Y qué pasa con los equipos? ¿Podemos confiar en los recursos humanos tal y como están? ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de la empresa?
A partir de este inventario, será posible definir objetivos coherentes y alcanzables para la empresa, con el fin de hacerla autosuficiente y estable a medio y largo plazo. Por supuesto, lo ideal sería volver al nivel anterior a la crisis. Pero esto es muy ambicioso para un primer año de recuperación.
¿Cómo se gestionan los puntos débiles?
Una vez que se tiene la metodología de relanzamiento, los planes de acción, los objetivos y las condiciones que permiten la autofinanciación o la financiación del crecimiento, se pueden examinar detenidamente los puntos débiles de la empresa, para que no pongan en riesgo el plan.
Pero las debilidades anteriores a la crisis pueden haber empeorado y, desde luego, no han desaparecido... Y si no nos eliminamos estas debilidades ello nos impedirá reinvertir en la recuperación. Para ello, la visión externa de un Analista puede ser útil.
En cuanto a las necesidades de financiación, algunas empresas pueden necesitar ayuda externa. Existe, por ejemplo, préstamos y avales ICO con garantía estatal para este fin. Pero un préstamo implica su devolución, que debe tenerse en cuenta en el plan de negocio. Esta deuda también dimensionará la ambición del plan de relanzamiento. De hecho, no es la ayuda lo que plantea un problema, sino el calendario de su devolución.
El capital humano: un capital que no debe descuidarse en absoluto
En cuanto a los equipos: es esencial comunicarse estrechamente con ellos en torno a un proyecto común. Un equipo fuerte garantiza el éxito de la aplicación del plan de recuperación. Sin embargo, para conseguir que cada empleado se adhiera al plan de recuperación, es necesario dedicarle tiempo, educación y formación.
Durante la crisis fue más necesario que nunca comunicarse -incluso a distancia- para que todos estuvieran en el mismo rumbo. Pero también es necesario comunicar durante la aplicación del plan de recuperación y mantener un estrecho contacto con los equipos, haciéndoles participar de forma activa y comunicando las medidas adoptadas de forma transparente.
Por tanto, un plan de relanzamiento no es una ecuación con una incógnita. Tampoco es una vuelta a la normalidad como antes de la crisis. Es una ecuación con varias incógnitas, la primera de las cuales es definir la ambición del empresario para su empresa. Para algunos directivos será una cuestión de mantener el empleo, para otros de preservar los conocimientos técnicos, o de financiar una innovación en la que creen...
En cualquier caso, hay muchas razones para mantener una empresa a flote y reforzar el tejido industrial de una región.