¿Por qué recurren las empresas a las fusiones y adquisiciones?
Las fusiones y adquisiciones, conocidas como “mergers and acquisitions” (M&A) por sus siglas en inglés, son recursos al alcance de las empresas como estrategia de crecimiento. Con ellas, también pueden buscar nuevos recursos o reorganizar la base accionarial de las empresas involucradas. Pero, antes de nada, no hay que olvidar que son procesos largos que requieren de un análisis previo de pros y contras, que profundice en las necesidades de las empresas y valore cuáles son las mejores opciones como fórmula de desarrollo del negocio a corto, medio y largo plazo.
Como ya avanzamos en un artículo anterior, el objetivo de las fusiones y adquisiciones es ganar dimensión y mejorar la competitividad de las sociedades participantes. En CEDEC, sabemos que esta práctica ha adquirido una gran relevancia en el entorno financiero- económico en nuestro país estos últimos años. Pero por su complejidad, requieren un asesoramiento experto que acompañe al empresario y guíe los pasos a dar en cada momento.
Varias son las necesidades por las que las empresas recurren a este tipo de prácticas empresariales. La primera que nos viene en mente es que, mediante una fusión o una compra de una empresa por parte de otra, se consigue un crecimiento de forma rápida si se trata de la adquisición de un competidor, o bien diversificar las actividades de una de las empresas sin verse obligada a comenzar un negocio desde cero. De igual forma, estas iniciativas también pueden facilitar el aporte recursos necesarios para una de las partes, proporcionando el dinero necesario para financiar otros proyectos, o incluso también son válidas si el objetivo es cubrir necesidades de reorganización accionarial, obteniendo una masa renovada de nuevos accionistas con los que emprender nuevos proyectos empresariales.
Estas operaciones, además de contribuir a cubrir los citados aspectos, también aportan nuevo personal cualificado a las organizaciones. Son profesionales que cuentan con competencias distintas, que se suman a la estructura de la empresa que realiza la adquisición o fusión. Otros beneficios implícitos son la posibilidad de acceder a tecnologías clave, a información valiosa y a datos del mercado que no se poseían anteriormente.
Cuando se plantean estrategias de crecimiento externo con este tipo de operaciones, también se obtienen fondos y se mejoran las economías de escala gracias a la nueva dimensión de la empresa o grupo de empresas resultante. En muchas ocasiones, se generan sinergias y nuevas posibilidades de rentabilidad, innovación y expansión geográfica. En esta misma línea, se amplía la base de clientes, con posibilidad de ampliar y mejorar los nuevos sistemas y canales de distribución.
Pero, como ya hemos apuntado previamente, este tipo de iniciativas empresariales, por su complejidad, requieren de un asesoramiento constante por parte de un equipo especializado de expertos que ayuden a estudiar a fondo la naturaleza del negocio, las necesidades que pueda requerir la operación y realicen un análisis detallado de cómo abordar la situación si la viabilidad de la operación, a priori, parece factible.
Así pues, hay que analizar bien las opciones de compra que se presentan, las formas de financiación que se requerirán y los modelos de negocio de ambas empresas, sin olvidar los intereses que motivan dicha operación y la predisposición existente entre todos los accionistas. Este proceso puede llevar meses e incluso años, lo que implica la necesidad de un diálogo constante entre el equipo asesor y la empresa que busca realizar una fusión o una adquisición.
En CEDEC, apoyamos todo tipo de iniciativas encaminadas al crecimiento y consolidación de una empresa. Y en este sentido, las fusiones y adquisiciones de una empresa por parte de otra, a pesar de su complejidad, son un instrumento muy válido para conseguir este objetivo y seguir trabajando para alcanzar la Excelencia Empresarial.
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