Los principales conflictos al heredar una empresa familiar
La sucesión de cualquier negocio dentro de una empresa familiar es un momento difícil. Por ello, muchas
acaban solucionando sus conflictos acudiendo a la justicia, ya que en muchas ocasiones, ni siquiera se cuenta con un plan previo que oriente el cambio generacional. De hecho, la sucesión se vuelve especialmente compleja cuando es entre la segunda y tercera generación.
En
CEDEC creemos que es fundamental que las organizaciones de tipo familiar deben
adelantarse a los desacuerdo que generan las sucesiones para evitar poner en riesgo la viabilidad de la propia empresa y establecer un
protocolo claro para que no se acabe buscando una solución en los tribunales. En este
artículo de Expansión se abordan las posibles soluciones ante un cambio generacional.
Hay muchos puntos calientes en un proceso de este tipo. A continuación abordamos los más habituales que
impactan negativamente en la productividad del negocio y que en ocasiones provocan la inmovilización del consejo de empresa:
- El modelo de gobierno: La composición del consejo puede generar controversias sobre todo relacionadas con la representación y las mayorías.
- Las acciones y participaciones: Todo lo referido a la transmisión y la valoración de acciones y participaciones son foco de litigios al igual que la política de dividendos o los préstamos de liquidez con garantía a las acciones.
- El tamaño de la empresa: El número de familiares afecta a la sucesión en relación con la dimensión del negocio. Cuando la empresa familiar cuenta con un desequilibrio entre el número de propietarios en relación con el tamaño de la empresa, aumenta el riesgo de desavenencias.
Teniendo en cuenta los principales retos a los que se enfrenta la mayoría de las empresas familiares ante la sucesión, sobre todo en el caso del paso de la segunda generación a la tercera, la principal solución es contar con un
protocolo familiar.
Este documento establece los pasos a seguir y las normas para mediar en la sucesión. En el protocolo familiar o pacto de accionistas se decide, con anterioridad a que suceda, el camino a seguir, por lo que se negocia y se acuerda previamente, una opción que evita a acudir a los tribunales y que se
imponga unas pautas a cumplir por parte de un juez.
De todos modos, aunque se haya previsto o no la sucesión con un protocolo, hay otras alternativas a seguir antes de arbitrar un conflicto vía judicial,
como paralizar el proceso con el objetivo de reflexionar antes continuar con el mismo.
La conocida como
'poda del árbol' es una de las opciones para desbloquear la disputa. Esta opción conlleva comprar acciones entre la propia familia para así reducir el número de participantes y accionistas. Generalmente no se suele llevar a cabo la venta a terceros porque supone un lastre para la propia supervivencia de la empresa.
Finalmente, aunque se diseñe y se establezca un marco legal dentro de la empresa familiar para que no existan conflictos legales, en el momento de heredar el negocio, tal vez la mejor estrategia es que la
organización sepa transmitir la cultura idónea, que facilite un compromiso y una visión común donde prevalezca el interés general de la empresa y no los personales.
En
CEDEC, Centro Europeo de Evolución Económica, consideramos que la sucesión generacional no puede dejarse al azar y es responsabilidad de todos sus miembros, sobre todo de los accionistas
, planificar este acontecimiento tan importante, puesto que puede poner en riesgo la viabilidad y supervivencia de la misma. De ahí que no solo hay que establecer un protocolo sino también transmitir una cultura común que prepare a la empresa familiar para los retos que conlleva su sucesión. De hecho prepararse para este paso inevitable es una herramienta más para seguir prosperando en la
excelencia empresarial.
Imagen sierra
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