Gestión de inventarios: cómo convertir un coste en una ventaja
Métodos y consejos para evitar que el stock se convierta en un problema
Todavía hoy, en muchas empresas familiares y pymes, la gestión de inventarios suele abordarse con una mezcla de intuición, urgencias y costumbre.
En CEDEC, Consultoría de Organización Estratégica, más que consultores de la empresa, somos consejeros de los empresarios de pymes y de empresas familiares.
Se reponen productos cuando “hace falta”, se compra en grandes lotes “para no quedarse cortos” y, en algunos casos, el almacén se convierte en una especie de trastero de mercancías.
Pero tener un inventario mal gestionado puede acarrear consecuencias importantes: desde pérdidas económicas por exceso o falta de stock, hasta una mala experiencia para el cliente o dificultades de tesorería.
Por eso, no se trata solo de contar bien lo que se tiene, sino de tomar decisiones estratégicas sobre lo que conviene tener.
¿Por qué hace falta una estrategia?
Porque el inventario no es una foto estática, sino un flujo constante de entrada y salida de productos, materias primas o componentes.
Es un punto de encuentro entre producción, compras, ventas y finanzas. Sin una visión estratégica, lo que debería ser un soporte para el negocio puede convertirse en un lastre.
Un exceso de inventario inmoviliza recursos, encarece el almacenamiento y puede generar obsolescencia. Por el contrario, un inventario insuficiente provoca roturas de stock, pérdida de ventas y deterioro en la relación con el cliente.
La clave está en encontrar el equilibrio adecuado. Y eso solo se consigue con método.
Métodos básicos de gestión de inventarios
Existen distintos enfoques que pueden ayudar a cualquier empresa familiar o pyme a gestionar mejor su stock, sin necesidad de grandes inversiones ni complejidades excesivas.
1. Método ABC
Consiste en clasificar los productos en función de su valor o impacto en el negocio:
A: los más valiosos o críticos (requieren atención continua).
B: productos intermedios (control regular).
C: productos de poco valor o rotación (gestión más sencilla).
Este sistema permite priorizar esfuerzos y recursos allí donde más impacto tienen.
2. Punto de pedido
Se establece un nivel mínimo de existencias que activa automáticamente la reposición. Es útil para evitar roturas de stock y trabajar con mayor previsión.
3. FIFO y LIFO
Métodos para gestionar el orden de salida de productos.
FIFO (First In, First Out): lo primero que entra es lo primero que sale. Ideal en productos perecederos.
LIFO (Last In, First Out): lo último que entra es lo primero que se utiliza. Menos habitual, pero útil en ciertos contextos contables.
4. Just in Time (JIT)
Este modelo minimiza el inventario disponible, confiando en una logística ágil. Exige alta coordinación con proveedores y procesos muy ajustados. No es válido para todas las pymes, pero puede inspirar mejoras.
Consejos prácticos para empezar hoy
Digitaliza el inventario. No hace falta un sistema costoso. Incluso una hoja de cálculo bien estructurada es mejor que ningún control.
Audita tu stock con frecuencia. No confíes solo en lo que “debería haber”.
Involucra a todo el equipo. La gestión del inventario no es tarea exclusiva de almacén o compras.
Revisa tus datos: ¿qué productos se venden más?, ¿cuáles se quedan parados?, ¿qué lotes caducan o se deterioran?
Fija políticas claras: niveles mínimos y máximos, frecuencia de revisión, criterios para reponer o dar de baja productos.
En CEDEC, Consultoría líder en Europa en gestión, dirección y organización de empresas, disfrutamos de ayudar a personas para que tengan la empresa que se merecen y, lo más importante, a que disfruten de ser empresarios. La gestión de inventarios no es solo una tarea operativa, sino una decisión estratégica. En una pyme o empresa familiar, puede marcar la diferencia entre una estructura ágil y rentable… o una empresa bloqueada por sus propios productos.
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