¿Cuándo invertir en nuevos medios de producción?
Desde nuestra empresa, la consultora estratégica para pymes
Centro Europeo de Evolución Económica, nos damos cuenta que el departamento de producción no ha de ser únicamente el que se responsabiliza básicamente de fabricar de acuerdo a precio, plazo y calidad los productos de la empresa, aun siendo ésta una labor imprescindible para el buen funcionamiento de toda empresa.
Si una fábrica o taller está bien organizada, ésta es una labor “relativamente” fácil si no tenemos en cuentas averías imprevistas, absentismo que se centra en una misma semana, o urgencias del “mejor” cliente que ha tenido un error en su programación, o una venta fuera de lo normal, y al que hay que ayudar sin ninguna duda, etc.
Siempre hemos considerado que lo que representa un auténtico valor añadido del trabajo de producción es pensar, y poner en práctica, mejoras continuas que hagan nuestro producto más fácil, por tanto más barato de producir, y mejor; eliminando todos aquellos defectos o ineficiencias que puedan aparecer en él. En ese campo es donde realmente se desarrolla como profesional un jefe de taller o un director de planta.
Tenemos el ejemplo de los japoneses, sobre todo de Toyota, que han demostrado que para fabricar mejor y más barato no siempre es necesario realizar grandes inversiones, sino que usando el sentido común, ciertas técnicas y aprovechando el conocimiento de
todo el personal se logran grandes mejoras.
No obstante, todas las empresas (Toyota también) compran máquinas y otros medios de producción cuando consideran que les hacen falta.
¿Qué hay que tener en cuenta para hacer una inversión en producción? La primera regla, y casi única, es muy simple:
una inversión se ha de pagar por ella misma. ¿Qué significa esto se preguntará el lector?
Si decidimos invertir en una nueva máquina o utillaje siempre ha de ser, por alguno de los siguientes motivos:
- tenemos falta de capacidad de producción,
- vamos a lanzar un nuevo producto,
- tenemos un parque envejecido,
- la tecnología ha avanzado mucho y nuestra productividad no es la ‘adecuada’, etc.
Es decir siempre se plantean dos puntos en el tiempo:
- Uno real, con el equipo actual
- Otro hipotético, con el equipo nuevo
En ambos casos tendremos unos costes determinados. La diferencia entre los costes de hacer la producción con el nuevo equipo y hacerla con el equipo antiguo, es con la que pagaremos la inversión y cumpliremos con la regla de que una inversión se ha de pagar por si misma.
Si bien los números sobre el papel lo resisten todo, la realidad suele ser muy tozuda, y hacer unos cálculos excesivamente optimistas pueden llevar, (llevarán con seguridad) a que la inversión no se pague por ella misma y haya que usar un circulante que es necesario para la marcha de la empresa.
Como colofón diremos que este criterio es aplicable a cualquier decisión de inversión importante en una empresa.
Salvador González
Consultor de CEDEC
Imagen massenpunkt
1 Comentarios
sergio 24/10/2012