¿Cómo relanzar un negocio?
Desde marzo de 2020, el tejido empresarial ha tenido que adaptarse a un nuevo contexto. En muchos casos, la crisis económica derivada de la pandemia ha forzado a pasar de un modelo tradicional a un modelo de negocio híbrido. Además de ello, algunos negocios, sobre todo pymes y empresas familiares, han tenido una problemática mayor derivada de la bajada brusca de sus ventas, lo que les ha obligado a parar, analizar y buscar nuevas fórmulas para reorientar y relanzar su proyecto empresarial.
En CEDEC, consultoría de Organización Estratégica líder en Europa en gestión, dirección y organización de empresas, creemos que la adaptación al cambio está grabada en el ADN de cualquier empresario y que, tras un primer fracaso, hay que seguir trabajando hasta dar con la tecla del éxito, adaptándonos a los nuevos esquemas del mercado para que los nuevos retos se conviertan en nuevas oportunidades de negocio. Y para ello, hay que saber parar y analizar con perspectiva estratégica el rumbo actual de la empresa.
Así pues, con la premisa asumida de analizar para evolucionar, hemos de saber que situaciones motivan ese cambio deseado. Pueden tratarse de razones meramente económicas, derivadas de una caída de las ventas y una falta de ingresos que obliguen a parar nuestra actividad empresarial. En este supuesto, hay que ser ágiles en la detección y toma de decisiones para no hacer más grande el problema. De la misma forma, un crecimiento acelerado y no previsto o mal planificado, puede generar en graves problemas como el de suministro de materias primas, con el consiguiente descontento de los clientes y la bajada de las ventas.
El estancamiento de la empresa es otro motivo que nos ha de llevar a reflexionar a cerca del rumbo que está tomando el negocio. Si no avanzamos con un crecimiento más o menos sostenido en el tiempo, hemos de realizar un ejercicio de autoanálisis para ver como podemos impulsar nuestras ventas y actuar antes de que sea tarde.
Un mal relevo generacional es otro de los momentos en los que replantear un cambio en las decisiones tomadas. Nuestros descendientes no tienen por qué estar preparados para asumir la responsabilidad de gestionar una empresa. Es espíritu emprendedor y la carga que ello conlleva no tiene porque traspasarse de generación en generación. En este caso, mejor ponerse en manos de expertos que sabrán asesorar cada caso de forma concreta y única. Y en un sentido similar, las desavenencias entre socios pueden generar tensiones que pueden llegar a bloquear la sociedad y paralizar el negocio.
Las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial, el análisis constante de métricas, etc., genera nuevos sistemas y formas de trabajar que obligan a las empresas a estar en constante evolución para actualizarse y adaptarse a los nuevos tiempos. Y estos cambios en el entorno pueden generar una pérdida de motivación que desembocan en una falta de ilusión por seguir trabajando día a día, sin descanso, en la gestión de una empresa.
Cuando un empresario se enfrenta a alguna de estas situaciones, es cuando llega el momento de realizar el ejercicio de reflexión y buscar la estrategia más adecuada para relanzar el negocio. El primer paso es un riguroso autoanálisis, de forma realista, para ver los motivos que nos han llevado a tal situación. Detectarlos es el primer paso para solucionarlos.
Cuando queremos renovar la empresa, uno de los aspectos a considerar es preguntar a nuestros clientes los motivos por los que nos compran y por los que no nos compran. Podemos obtener pistas que nos ayuden a mejorar aspectos que ya funcionan y reconectar con aquellos clientes que hemos perdido. Renovar nuestra imagen de marca o nuestro posicionamiento en el mercado es otro de los pasos que podemos afrontar. Las empresas deben evolucionar a la par que los clientes y el entorno para convertirse en referentes.
Otra alternativa a tener en consideración es el hecho de aprender a reducir, ya sean recursos humanos, líneas de negocio e incluso áreas geográficas que no sean rentables para la empresa. A veces, dar un paso atrás y hacernos más pequeños puede representar volver a la senda de los beneficios. Y en este camino, renovar la compañía a nivel de gestión y externalizar o delegar en profesionales cualificados, puede ser un camino que nos ayude a la correcta toma de decisiones evitando un punto de vista demasiado subjetivo.
En CEDEC, consultoría de Organización Estratégica para todo tipo de empresas, somos muy conscientes de que la toma de algunas decisiones no es tarea fácil. Pero cuando las cosas no funcionan todo lo bien que deberían funcionar, ha llegado el momento de parar, analizar y tomar decisiones enfocadas a mejorar nuestra situación actual y seguir trabajando con el objetivo de alcanzar la Excelencia Empresarial.
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