Cómo manejar la deuda en una pyme o empresa familiar sin perder el equilibrio financiero
Endeudarse no es un problema si sabes por qué, cuándo y cómo hacerlo
En el día a día de cualquier empresa, especialmente en una empresa familiar o una pyme, la palabra “deuda” suele generar cierto respeto.
En CEDEC, Consultoría de Organización Estratégica, más que consultores de la empresa, somos consejeros de los empresarios de pymes y de empresas familiares.
A menudo la deuda se asocia con problemas financieros o falta de liquidez, pero lo cierto es que el endeudamiento, bien gestionado, es una excelente estrategia para invertir y crecer.
Endeudarse significa financiar parte de las actividades de la empresa con recursos ajenos. Es decir, recurrir a préstamos, líneas de crédito u otras fórmulas que permiten disponer de liquidez sin tener que recurrir exclusivamente a fondos propios.
No es un síntoma de mala gestión, ni mucho menos. Puede ser una decisión estratégica. Lo importante no es si endeudarse o no, sino tener claro para qué hacerlo y cómo.
¿Por qué endeudarse?
Una empresa puede recurrir a la deuda por varios motivos, entre ellos:
· Invertir en activos productivos (nueva maquinaria, instalaciones, tecnología…)
· Financiar el crecimiento (nuevas delegaciones, ampliación de plantilla…)
· Afrontar desequilibrios puntuales de tesorería sin comprometer operaciones
En todos estos casos, el endeudamiento debe estar al servicio del proyecto, no convertirse en su lastre.
El equilibrio es la clave
El gran reto está en mantener el equilibrio entre los recursos propios (patrimonio) y la deuda. Este equilibrio se conoce como estructura financiera y es fundamental para la sostenibilidad de la empresa.
Un exceso de deuda puede comprometer la capacidad de pago y la autonomía financiera. Pero un exceso de fondos propios puede frenar el crecimiento por falta de apalancamiento.
El objetivo es encontrar ese punto óptimo en el que la deuda impulsa la rentabilidad sin poner en riesgo la estabilidad.
Gestionar bien la deuda no se reduce a firmar un préstamo. Requiere planificación, seguimiento y capacidad de adaptación. Algunas buenas prácticas:
Diseñar un plan financiero que anticipe ingresos, gastos y necesidades de tesorería
Diversificar las fuentes de financiación para no depender de un solo proveedor
Evitar concentrar todos los vencimientos en el mismo periodo
Negociar condiciones favorables en base a la evolución de la empresa
Y, sobre todo, mantener la liquidez siempre bajo control.
En CEDEC, Consultoría líder en Europa en gestión, dirección y organización de empresas, disfrutamos de ayudar a personas para que tengan la empresa que se merecen y, lo más importante, a que disfruten de ser empresarios. Se trata de ver la deuda no como un enemigo, sino como una herramienta que, usada con criterio, puede acelerar los planes. Pero siempre desde la estrategia, con planificación, control y equilibrio. Porque el objetivo no es solo crecer, sino crecer de forma sostenible y con tranquilidad.
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