Claves para financiar el crecimiento de tu empresa familiar con visión estratégica
Qué implica crecer y por qué toda empresa necesita hacerlo
Una empresa familiar o una pyme que no crece corre el riesgo de quedarse atrás.
En CEDEC, Consultoría de Organización Estratégica, más que consultores de la empresa, somos consejeros de los empresarios de pymes y de empresas familiares.
Las exigencias del mercado, los avances tecnológicos y la presión competitiva obligan a las empresas a evolucionar. Pero para crecer, no basta con la voluntad: es necesario financiar ese crecimiento. Y hacerlo bien.
¿Qué significa crecer en una empresa familiar o en una pyme?
El crecimiento puede adoptar muchas formas. Algunas empresas lo entienden como un aumento de ventas. Otras, como la entrada a nuevos mercados, la ampliación de capacidad productiva o la digitalización de procesos. Sea cual sea el enfoque, crecer implica invertir. Y, por tanto, financiar.
Tipos de crecimiento frecuentes:
• Crecimiento orgánico: aumentar ventas con los recursos actuales (más producción, más clientes, más eficiencia).
• Crecimiento estructural: ampliación de instalaciones, plantilla o tecnología.
• Crecimiento estratégico: adquisición de empresas, diversificación o internacionalización.
Antes de buscar financiación, hay que planificar
Financiar sin planificar puede generar tensiones de tesorería, desequilibrios y pérdida de control.
Por eso, el primer paso es tener una visión clara del crecimiento deseado. Y eso requiere responder a preguntas clave: ¿Dónde queremos estar en 3, 5 o 10 años? ¿Qué inversiones son necesarias para llegar ahí? ¿Qué impacto tendrá en la estructura de costes y en la rentabilidad? ¿Podemos asumirlo con recursos propios?
Una buena planificación del crecimiento contempla también un plan financiero que contemple distintos escenarios.
¿Qué inversiones priorizar?
No todas las inversiones tienen el mismo impacto ni el mismo retorno. En general, es recomendable priorizar las que:
• Mejoren la eficiencia o productividad.
• Reduzcan costes estructurales.
• Faciliten la escalabilidad del negocio.
• Aumenten la competitividad.
Y, sobre todo, aquellas que estén alineadas con la estrategia de la empresa. Una pyme no puede permitirse invertir por impulso.
¿Cómo financiar el crecimiento?
Una vez definido qué queremos hacer y cuánto costará, llega el momento de decidir cómo financiarlo. Aquí se abren varias alternativas:
1. Recursos propios
La autofinanciación es la vía más segura. Reduce la dependencia externa y evita endeudarse. Pero también puede limitar el ritmo de crecimiento si los beneficios no son suficientes.
2. Financiación bancaria
Es la opción más tradicional. Incluye préstamos, líneas de crédito o leasing. Ventajas: disponibilidad inmediata, costes conocidos. Inconvenientes: requiere garantías, puede limitar la flexibilidad.
3. Financiación alternativa
Cada vez más pymes recurren a fórmulas como Renting tecnológico o industrial, Crowfunding y capital riesgo o inversión privada.
En CEDEC, Consultoría líder en Europa en gestión, dirección y organización de empresas, disfrutamos de ayudar a personas para que tengan la empresa que se merecen y, lo más importante, a que disfruten de ser empresarios. Financiar el crecimiento no es solo conseguir dinero. Es mantener el equilibrio entre ambición y prudencia. Es prever. Es elegir las inversiones adecuadas. Y es escoger la mejor combinación de recursos que permita avanzar sin comprometer la estabilidad de la empresa.
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