Los riesgos en la empresa familiar

Cómo proteger el legado y asegurar el futuro

Identificar y gestionar los riesgos es clave para preservar la estabilidad y continuidad de las empresas familiares.

En CEDEC, Consultoría de Organización Estratégica, más que consultores de la empresa, somos consejeros de los empresarios de pymes y de empresas familiares.

¿Por qué una empresa familiar es diferente?

Las empresas familiares tienen características que las distinguen notablemente de otros modelos de negocio. En primer lugar, la mayoría de ellas nacen con el objetivo de ser un proyecto a largo plazo, pensado para ser un legado generacional. No es solo un medio de sustento, sino una forma de identidad y patrimonio para la familia. Este enfoque generacional añade un componente emocional y simbólico que a menudo no existe en las empresas no familiares.

Además, en una empresa familiar los lazos personales pueden influir de manera notable en la toma de decisiones, tanto de manera positiva, al fomentar la colaboración y el compromiso, como de manera negativa, al propiciar conflictos o decisiones impulsadas por cuestiones personales.

Este entorno, en el que se mezclan relaciones familiares con la actividad empresarial, puede hacer que la gestión del riesgo sea particularmente compleja y requiera de una estrategia específica. Es crucial que los propietarios comprendan que, al igual que cualquier empresa, deben evaluar y gestionar riesgos, pero con la sensibilidad que requiere una estructura familiar.

La importancia de la estrategia en la empresa familiar

Independientemente de su tamaño o sector, cada empresa familiar necesita una estrategia clara. La falta de planificación puede hacer que estas empresas se vuelvan vulnerables a factores internos y externos que pongan en riesgo su continuidad. Por eso, más allá del día a día operativo, es esencial que se adopte una visión estratégica para que el negocio evolucione, se adapte y pueda sobrevivir a los cambios del entorno y a las transiciones generacionales.

La estrategia en una empresa familiar debe contemplar no solo el crecimiento y rentabilidad, sino también aspectos relacionados con la sucesión y el bienestar familiar. Esto incluye la implementación de políticas para prevenir conflictos internos y asegurar que los valores y la misión familiar se transmitan de una generación a otra, de manera que la identidad del negocio se preserve en el tiempo.

Principales riesgos para una empresa familiar

1. Conflictos familiares: Las diferencias personales entre miembros de la familia, especialmente en temas de sucesión, pueden desencadenar conflictos que afectan a la estabilidad de la empresa. A menudo, estos conflictos surgen de la falta de comunicación o de la ausencia de acuerdos claros sobre roles y responsabilidades.

2. Sucesión y continuidad: Uno de los mayores desafíos en las empresas familiares es la planificación de la sucesión. Sin una preparación adecuada, la transición generacional puede desestabilizar el negocio, sobre todo si los futuros líderes no han sido preparados o si existen disputas por el control.

3. Falta de profesionalización: En muchas ocasiones, la empresa familiar tiende a basarse en prácticas informales de gestión, y puede que no cuente con estructuras, procedimientos o personal adecuado para enfrentar los retos del mercado. Esto puede resultar en una administración ineficiente y, a la larga, en problemas de rentabilidad y sostenibilidad.

4. Dependencia excesiva de un sector o mercado: Al igual que cualquier empresa, las empresas familiares pueden enfrentarse a problemas financieros si dependen en exceso de un único sector o mercado. Sin diversificación, un cambio repentino en las condiciones del mercado puede representar una amenaza considerable.

5. Resistencia al cambio: La cultura familiar puede derivar en una resistencia a modificar prácticas o adoptar nuevas tecnologías y enfoques, limitando la capacidad de adaptación de la empresa a cambios en el mercado o a innovaciones que podrían mejorar su eficiencia y competitividad.

Estrategias para reducir o minimizar estos riesgos

Gobernanza

Crear estructuras de gobernanza, como un consejo de administración que incluya miembros familiares y externos, puede ayudar a establecer una toma de decisiones más objetiva y profesional. Esta medida también facilita el establecimiento de políticas que regulen las relaciones familiares dentro de la empresa, previniendo conflictos y manteniendo la objetividad.

Planificar con tiempo la sucesión.

La sucesión no debe ser una decisión improvisada. Es fundamental desarrollar un plan de sucesión en el que se identifique a los futuros líderes, se les capacite y se establezca un periodo de transición que permita la adaptación gradual al nuevo liderazgo, minimizando así las fricciones y los riesgos de cambio.

Profesionalizar la gestión

Invertir en la profesionalización de la empresa es crucial. Esto implica contratar talento externo cuando sea necesario, implementar sistemas de control y adoptar buenas prácticas de gestión. Esta profesionalización no solo fortalece la competitividad, sino que permite que la empresa funcione de forma óptima independientemente de quién esté al mando.

Diversificar para minimizar riesgos financieros

La diversificación, tanto de productos como de mercados, puede ser una estrategia efectiva para reducir la vulnerabilidad ante cambios externos. Con una cartera más diversa, la empresa familiar se asegura de que no depende excesivamente de un solo cliente o mercado.

Adaptar y evolucionar la cultura organizacional

La apertura al cambio debe formar parte de la cultura de la empresa familiar. Adoptar tecnologías, explorar nuevas formas de comunicación interna y estar al tanto de las tendencias del mercado puede ser vital para que la empresa se mantenga vigente y competitiva en el tiempo

En CEDEC, Consultoría líder en Europa en gestión, dirección y organización de empresas, disfrutamos de ayudar a personas para que tengan la empresa que se merecen y, lo más importante, a que disfruten de ser empresarios. Gestionar los riesgos en una empresa familiar no es solo una cuestión de proteger el negocio, sino de salvaguardar el legado familiar para futuras generaciones.