Cómo gestionar el activo fijo estratégicamente

Una clave financiera para la empresa familiar y la pyme

La contabilidad es una herramienta esencial para entender la situación financiera de cualquier empresa, incluidas las empresas familiares y las pymes.

En CEDEC, Consultoría de Organización Estratégica, más que consultores de la empresa, somos consejeros de los empresarios de pymes y de empresas familiares.

Sin embargo, muchos empresarios no especializados en la materia pueden encontrar algunos conceptos contables complejos o confusos.

Uno de los puntos que genera más preguntas es la diferencia entre los tipos de activos, en particular el activo fijo y su papel dentro de la estructura financiera de una empresa.

En el contexto español, el Plan General de Contabilidad de 2007 establece las normas y criterios que deben seguir las empresas para llevar un registro riguroso y uniforme de su actividad financiera.

Este plan es relevante para cumplir con las obligaciones fiscales y proporciona una base sólida para la toma de decisiones empresariales informadas. En este contexto los activos de la empresa juegan un papel central y diferenciarlos adecuadamente es imprescindible.

Activo y Pasivo: La base de la estructura financiera

Para entender el activo fijo es importante aclarar primero las diferencias entre los conceptos de activo y pasivo.

En términos sencillos, los activos representan todo aquello que una empresa posee y que tiene valor económico. Esto incluye desde el dinero en efectivo hasta el equipo y la maquinaria que utiliza en su operación.

Por otro lado, el pasivo representa las obligaciones y deudas que la empresa tiene con terceros, como préstamos, facturas pendientes y otros compromisos financieros.

En una empresa que goza de una buena posición financiera, el activo debería ser mayor que el pasivo, ya que esto indica solvencia y capacidad para cumplir con las obligaciones financieras sin problemas.

Activo Fijo vs. Activo Circulante

Dentro de los activos, es fundamental distinguir entre el activo fijo y el activo circulante.

Activo Circulante: Este incluye todos los recursos que una empresa espera convertir en efectivo en el corto plazo, es decir, en menos de un año. Ejemplos de activo circulante son el inventario, el efectivo en caja y los pagos pendientes de clientes (cuentas por cobrar).

Activo Fijo: También conocido como activo no corriente, el activo fijo representa aquellos bienes y recursos que la empresa utiliza de forma continua para llevar a cabo su actividad y que no espera vender en el corto plazo. Ejemplos de activo fijo son la maquinaria, los edificios, el mobiliario y los vehículos de la empresa.

¿Por qué son importantes los activos fijos?

Los activos fijos son esenciales porque constituyen la infraestructura que permite a la empresa operar y crecer.

En una empresa familiar, estos activos representan estabilidad y capacidad para generar ingresos en el tiempo. Por ejemplo, tener una fábrica propia permite a una empresa de producción controlar sus costes de manufactura y reducir su dependencia de proveedores externos.

Además, el activo fijo es un indicador de inversión a largo plazo y de la solidez financiera de la empresa.

¿Cómo se calcula el valor del activo fijo?

El valor de los activos fijos se calcula teniendo en cuenta su precio de adquisición, al cual se le pueden sumar algunos gastos asociados a la puesta en marcha del activo, como el transporte o la instalación. Sin embargo, estos activos suelen perder valor con el tiempo debido al uso y la obsolescencia.

Esta pérdida de valor se registra a través de la amortización.

¿Es conveniente para una empresa disponer de activos fijos?

Disponer de activos fijos suele ser positivo, ya que estos bienes aportan estabilidad y son una base para la generación de ingresos a largo plazo.

Sin embargo, también pueden implicar un compromiso financiero importante. La clave está en encontrar un equilibrio entre tener activos fijos que respalden la actividad de la empresa sin comprometer la liquidez. Tener exceso de activos fijos puede reducir la flexibilidad financiera, especialmente en empresas pequeñas o familiares, que suelen tener menos recursos para afrontar imprevistos.

Recomendaciones estratégicas

Evaluar la rentabilidad: No todos los activos fijos son igual de rentables. Es importante que cada activo aporte a la generación de ingresos o a la eficiencia operativa. Analiza qué activos están generando valor y cuáles pueden estar generando costes innecesarios.

Planificar la renovación de activos: Los activos fijos tienen una vida útil limitada. Establecer un plan de renovación y amortización puede evitar sorpresas y gastos imprevistos en el futuro.

Revisar la estrategia de financiación: La adquisición de activos fijos representa un gasto importante. Considera opciones de financiación, como leasing o renting, que pueden ser menos costosas a corto plazo y mejoran la flexibilidad.

En CEDEC, Consultoría líder en Europa en gestión, dirección y organización de empresas, disfrutamos de ayudar a personas para que tengan la empresa que se merecen y, lo más importante, a que disfruten de ser empresarios. El activo fijo es un componente crucial para la estabilidad y el crecimiento de una empresa familiar. Una buena gestión de estos activos y una comprensión clara de su papel en la contabilidad son factores clave para mejorar la solidez financiera.