El papel del responsable contable
Desde hace unos años, se detecta un descenso en el nivel y en la “
capitalización” de la profesionalidad de los mandos de la empresa. Este hecho, se agrava aún más en la actual coyuntura y ante los difíciles momentos en que vivimos, puesto que, en tiempos “boyantes”, cualquier fallo quedaba diluido por la bonanza imperante.
Hoy en día, esto no es posible y deben de extremarse las precauciones: “ya no navegamos en un mar en calma sino que, por el contrario, lo hacemos en uno con muy fuertes oleajes, en donde es preciso que el responsable, posea tanto preparación como experiencia”.
La anterior afirmación se detecta, sobre todo, en un descenso de la calidad de las labores administrativas (sobre todo contables).
A lo largo de los años en el
Centro Europeo de Evolución Económica hemos podido detectar una evolución negativa en este aspecto, cuestión que ha sido expresada y denunciada por varios profesionales cualificados y por diferentes conductos. Ello ha conducido a la práctica la
desaparición de lo que antes se llamaban los “
expertos contables”; puesto que hoy en día, e independientemente de la formación académica,
casi ha desaparecido.
La labor contable, no debería tener solo como único objetivo el cumplir con las exigencias y/o obligaciones fiscales, sino el de facilitar a la Gerencia y/o a la Dirección General información puntual, clara, sencilla, completa y debidamente estructurada para la gestión y el pilotaje de la empresa.
La
información contable debe ser:
- puntual para que de forma mensual se pueda ver la evolución de la empresa.
- clara para que su comprensión no requiera de conocimientos harto complicados o difíciles.
- sencilla para que no diga más que lo necesario.
- completa para reflejar tan solo lo relevante.
- estructurada para que, la misma, sea lógica y coherente con la información que debe facilitar.
En este sentido, es conveniente diagnosticar de forma periódica, como si se tratara de un chequeo, la evolución de la empresa con el fin de poder tomar a tiempo las medidas que solucionen las distintas situaciones anómalas que puedan presentarse. Y, para que ello sea efectivo, necesitamos disponer de unos recursos humanos profesionalizados, tanto técnica como humanamente.
Roberto Sivilla
Consultor de CEDEC
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julian 16/02/2012