¿Cómo se hace un Plan Estratégico de Empresa?
El
Plan Estratégico de Empresa es una herramienta muy útil para que cualquier compañía alcance sus objetivos empresariales de la forma más eficaz y rápida posible. Y es que, a la hora de dirigir una empresa, es mejor no dejarse llevar por la inercia o tomar decisiones a golpe de intuición, sino
contar con una guía que defina las líneas de actuación generales, y las medidas concretas para lograr un crecimiento sostenido a largo plazo.
En
CEDEC consideramos esencial que las empresas elaboren
un documento en el que establezcan claramente sus metas y las acciones que deben acometer para cumplirlas. Es por ello que compartimos este
artículo que en el que se explica de forma sencilla cómo crear un Plan Estratégico de Empresa.
Como ya apuntábamos, se trata de un documento en el que
se analiza la situación actual de la empresa y a partir de aquí, se reflexiona sobre hacia dónde se desea dirigirla y las acciones que ayudarán a lograr ese fin. Es muy importante la concreción,
traduciendo en cifras los objetivos empresariales, y describiendo con detalle las tareas a realizar y el plazo para efectuarlas, pues solo así podrá ser realmente eficaz. Por supuesto, aunque habrá muchos puntos en común en los planes de diferentes negocios, deben estar adaptados al máximo a la situación de cada uno, huyendo de generalidades y
centrándose en la realidad empresarial de cada organización.
Por lo tanto, para crear un plan de estas características, es fundamental
cubrir tres áreas: el punto de partida de la empresa, la dirección que se pretende tomar y el cronograma de acciones para emprender dicho camino con éxito.
1. Misión y valores de la empresa
Saber desde dónde se parte es clave antes de iniciar cualquier planificación. Conviene
revisar la posición estratégica de la empresa, analizando el fin por el que se fundó (y planteándose si sigue vigente), los principios rectores que guían a la organización en sus actividades diarias y elaborando un análisis DAFO en el que se examinen sus fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades.
2. Visión de futuro
¿Cómo se espera que sea el futuro de la empresa? Responder claramente a esa pregunta será muy relevante para poder realizar un plan estratégico ambicioso, realista y que se ajuste a los objetivos de la compañía. Conviene tener en cuenta
cuál es en la actualidad la ventaja competitiva que diferencia a ese negocio, si es sostenible de cara al futuro, y si hay otras áreas en las que se puede aventajar a la competencia. También es recomendable examinar otros aspectos externos como la situación de la competencia o nuevas oportunidades de mercado que estén surgiendo.
3. Hoja de ruta.
Saber dónde se está y a dónde se quiere llegar es imprescindible, pero sirve de poco si no se acompaña de
medidas concretas que permitan diseñar la ruta más rápida y menos costosa. Así, el plan incluirá las acciones específicas clave para alcanzar los objetivos estratégicos, las iniciativas a corto plazo para cumplir con las metas más prioritarias, los indicadores de rendimiento que se controlarán para determinar si se sigue el rumbo correcto y los recursos que se usarán para la ejecución del plan.
Por último, hay que tener en cuenta que una vez realizado el Plan Estratégico de Empresa, este no es inmutable.
Se trata de un documento vivo que la compañía ha de revisar de forma periódica, analizando su efectividad y las posibles mejoras a ejecutar durante su implantación.
En
CEDEC, Consultoría de Organización Estratégica, sabemos que redactar un Plan Estratégico requiere una inversión importante de tiempo, pero también que es un esfuerzo que vale la pena. Con él,
cualquier empresa logrará definir y seguir una dirección certera, mejorando el control de la gestión y aumentando el compromiso de los empleados, factores esenciales para lograr el crecimiento y la consecución de la
excelencia empresarial.
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