¿Cómo se crea una ventaja competitiva?
Cuando uno reflexiona sobre cómo triunfar en el mercado con una empresa, es importante plantearse
qué puede aportar de diferente que no esté ofreciendo ya la competencia. Y es que en un contexto como el actual, en el que la cantidad de compañías crece día tras día, no tiene sentido tratar de copiar lo que está haciendo otro negocio, aunque sea muy exitoso. La única manera de
lograr crecer y consolidarse es ser diferente al resto, pues eso permitirá contar con una ventaja competitiva única.
En
CEDEC creemos que todas las empresas deben buscar esa ventaja competitiva: alguna característica que
suponga un beneficio para los clientes, que la empresa posea en exclusiva y que sea sostenible en el tiempo. Pero, ¿cómo encontrarla? Para profundizar sobre esta cuestión, compartimos este
artículo en el que se examinan distintos procesos a través de los cuales
una empresa puede construir su ventaja competitiva.
Lo primero que hay que tener claro es que es muy complicado que una determinada organización sea la mejor en todo. Por eso lo más realista es
centrar los esfuerzos en alcanzar la excelencia en un aspecto determinado, que no esté siendo tan cuidado por las empresas de la competencia y que suponga un beneficio tangible para el consumidor. Ventajas competitivas puede haberlas de todo tipo, pero lo más habitual es que tengan que ver
con el precio (disminuyendo los costes para conseguir vender el producto más barato),
con la calidad (innovando para perfeccionar el producto o servicio) o
con la personalización (adaptando el producto a las necesidades concretas de los clientes).
A la hora de crear una ventaja competitiva que hasta ese momento no existía, la empresa ha de redefinirse y
estar dispuesta a cambiar, tanto en los que se refiere a la propia organización interna como a su relación con el mercado. En concreto,
hay cuatro elementos que se deben tener en cuenta a la hora de introducir mejoras para diferenciarse del resto de empresas.
- Oportunidades de negocio: puede ser interesante modificar las estrategias empresariales para hallar nuevas posibilidades de negocio, contemplando alternativas novedosas, buscando las claves de interés para los clientes y seleccionado posteriormente las oportunidades más atractivas.
- Clientes: de la misma manera, las empresas también pueden reformular su relación con los clientes, ya sea porque no tienen claro cómo son estos –y es el momento de averiguarlo- o porque se quiere llegar a nuevos segmentos. En cualquiera de los casos, lo básico es indagar en las necesidades reales de los consumidores, y en cómo se pueden satisfacer.
- Productos: tampoco hay que dar nunca por sentado que un producto o servicio, está terminado. La innovación y la creatividad pueden transformar por completo y perfeccionar un determinado artículo, pero es importante que el cambio suponga un beneficio real para los usuarios.
- Estrategias: Un cambio de enfoque en la manera en la que se estaban llevando a cabo cuestiones como el marketing, la comunicación, el viaje de compra o la distribución del producto también puede permitir la creación de nuevas ventajas competitivas, especialmente si se aplican conocimientos y competencias de otros campos comerciales que no se hubieran tenido en cuenta hasta el momento.
Además, para lograr mantener la ventaja competitiva en el tiempo, es también muy relevante que el valor que la empresa genera
se base en un proceso difícil de imitar y que se pongan restricciones legales a esa potencial imitación.
En
CEDEC, Consultoría de Organización Estratégica, consideramos imprescindible que las empresas
traten de diferenciarse de la competencia aportando a sus clientes (o potenciales clientes) alguna innovación en cualquier aspecto del negocio. Solo así lograrán fidelizar a los consumidores a largo plazo, consolidando la compañía y sentando unos sólidos cimientos para la consecución de la
excelencia empresarial.
Imagen Tu master
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