¿Cómo pueden las empresas construir su reputación de marca?
¿Cómo influir en la imagen que tienen las personas de una determinada empresa? Sin duda,
su percepción juega un papel esencial en su relación con ella (si les gusta o no, si son clientes o no, si la recomendarían o no) y, por lo tanto, es fundamental
en el éxito o fracaso de cualquier negocio, especialmente en este contexto económico en el que los consumidores son cada vez más exigentes y demandan una mayor conexión emocional con las compañías. Sin embargo, desde el departamento de marketing, puede resultar a veces complicado
mantener el control sobre lo que otros sienten sobre su marca, o los valores que asocian a ella.
En
CEDEC creemos que las empresas no solo deben ser conscientes de
la importancia de una buena reputación, sino que también debe elaborar un plan estratégico para construirla, y esto es así tanto en el caso de grandes compañías como en el de las pequeñas. Es por eso que compartimos este
artículo de Puromarketing en el que se analizan
las diferencias entre imagen de marca y reputación, y se dan las claves para trabajar ambos conceptos.
Y es que hasta hace no mucho tiempo,
era habitual confundir imagen de marca y reputación, o al menos, las acciones que había que llevar a cabo para establecerlas. Pero aunque se relacionan estrechamente, conviene tener claro que una de ellas es mucho más fácil de modelar que la otra. Así, la imagen de marca hace referencia
al conjunto de elementos que representan los valores de una firma. Es decir, es algo que se crea desde dentro de la organización y tiene qué ver con cómo se presenta la empresa, qué cualidades promete y cómo logra transmitirlas.
Una buena estrategia de branding permitirá por lo tanto crear la imagen deseada.
Sin embargo,
la reputación es la percepción real de la empresa, vista desde fuera. Y para causar una buena impresión es esencial que el producto y el servicio responda de forma ajustada a esa imagen de marca que se ha querido transmitir. Es algo en lo que hay que trabajar, pero que en última instancia
escapa del control de la empresa ya que depende de la propia experiencia de los consumidores.
Por otro lado, no es algo en lo que puedan trabajar únicamente los profesionales de marketing, sino que
deben implicarse todas las áreas de la compañía, pues para obtener una buena reputación es esencial cumplir con todos los valores positivos que transmitía la imagen de marca, y para ello, debe hacerse
una estrategia empresarial unificada y global, en la que exista comunicación constante entre los distintos departamentos y una voluntad clara por parte de dirección de trabajar en la construcción de dicha reputación.
Es muy habitual
infravalorar la relevancia de este tipo de activos intangibles, pero su repercusión es muy real. De hecho, contar con una imagen de marca solvente es una importante ayuda para posicionarse en el mercado y diferenciarse de la competencia, pero
una reputación sólida tiene además un impacto económico directo. Mejorar tan solo un poco lo que los clientes piensan de la empresa, ya supone un incremento del volumen total de ingresos.
En
CEDEC, Consultoría de Organización Estratégica, creemos que es imprescindible que las empresas cuenten con una estrategia y un plan de acciones que aseguren que
lo que ofrece la compañía a los consumidores se corresponda con lo que promete su imagen de marca. Solo así se conseguirá construir una reputación positiva que redunde en crecimiento y en la consecución de la
excelencia empresarial.
Imagen TicBeat
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