Claves para desarrollar una ventaja competitiva en la empresa
La ventaja competitiva es la piedra filosofal que toda empresa anhela conseguir. Obtenerla nos ofrecerá una posición por encima del resto de nuestros competidores. Para ello, debemos conseguir una característica o atributo que otorgue cierta superioridad a nuestro producto, servicio o marca. Encontrarla no es una tarea sencilla, pero alcanzarla, nos reportará grandes beneficios.
En CEDEC, consultoría de Organización Estratégica líder en Europa en gestión, dirección y organización de empresas, sabemos que consolidar una posición de ventaja sobre nuestros competidores en el mercado no es fácil. Requiere un análisis pormenorizado de la propia compañía, de los productos o servicios que ofrecemos, de nuestra competencia y del sector en general. Solo así, es posible encontrar oportunidades de mejora que nos ayudarán para destacar por encima del resto.
A grandes rasgos, la ventaja competitiva puede tener un enfoque de carácter interno, resultado de una mejor productividad. Su superioridad se debe a unos mejores costes de fabricación, administración o gestión de producto, lo que permite un coste unitario inferior respecto al de sus competidores. O puede tener un enfoque de carácter externo, cuando su estrategia se fundamenta en la diferenciación, poniendo de relieve el saber hacer del marketing de la empresa, además de su capacidad para detectar oportunidades y satisfacer necesidades que aún no estaban cubiertas por los productos actuales. En este caso, el comprador está dispuesto a pagar por nuestro producto o servicio, un coste superior al de nuestra competencia.
Teniendo en cuenta estas premisas básicas, podemos alcanzar una posición de ventaja competitiva de distintos modos que, básicamente, se centran en tres ideas: ofrecer el producto a un precio más bajo, comercializarlo con mayor calidad que nuestra competencia o adaptarse mejor a las necesidades de clientes.
Así pues, el primer camino se centra en la capacidad de la empresa en reducir los costes en el proceso de producción, comercialización y distribución. Esto permitirá abaratar el producto final, haciendo más atractiva nuestra oferta para el público final.
Sin embargo, si con ello reducimos la calidad del producto, el resultado repercutirá negativamente en la compañía, por lo que este es un camino que debemos evitar. Hemos de centrarnos en analizar todo el proceso, desde la producción hasta que llega a manos de nuestros clientes, y detectar oportunidades de mejora para optimizar los recursos que se consumen sin que esta reducción afecte a la calidad final. La calidad es un concepto tangible cuya percepción, por parte del cliente, es directa.
Finalmente, nuestra oferte debe adaptarse al máximo a las necesidades de nuestros clientes y ofrecer un producto o servicio que cubra sus demandas. Este sería la tercera vía que nos ayudará a mejorar nuestra ventaja competitiva. Para ello, es clave analizar el mercado y la competencia, y realizar una correcta segmentación del público objetivo para conocer sus gustos, preferencias, necesidades, etc. Y con todo ello, descubrir aquello que el mercado, hoy por hoy, no cubre.
Por otro lado, no hay que olvidar que generar una imagen de marca única, diferenciadora y relevante es otra forma de ganar competitividad. Empresas como Coca-Cola son un buen ejemplo: ofrecen un producto muy valorado, a un precio atractivo y de elevada calidad. Esto le permite competir con una superioridad muy difícil de igualar. Para alcanzar este punto, tenemos que ofrecer un buen producto, con gran accesibilidad y promoverlo de manera atractiva, con tiempo e inversión.
No obstante, alcanzar esta meta no es tarea ni fácil ni rápida. Para recabar y analizar de forma rápida toda esta ingente cantidad de información y poder detectar posibles caminos de mejora, es clave el uso de herramientas de business intelligence. Gracias a ellas, podremos obtener información relevante para la correcta toma de decisiones.
Deberemos determinar unos objetivos claros y saber dónde queremos llegar. Posteriormente, se ha de realizar un estudio del mercado donde ofertamos nuestros productos o servicios e investigar a nuestra competencia para poder encontrar nuevas oportunidades. Pero también hay que analizar a la propia empresa y determinar si está o no preparada para los cambios que se necesitarán. Todo este trabajo previo debe quedar reflejado en una estrategia clara, detallada y que se desarrollará en diferentes fases.
En resumen, alcanzar una ventaja competitiva permite a la empresa diferenciarse del resto, lo que se traducirá en un aumento de los ingresos y alcanzar una posición sólida dentro del mercado. En CEDEC, consultoría de Organización Estratégica Empresarial recomendamos tomarse el tiempo necesario para desarrollar el plan adecuado en función de nuestras posibilidades. Solo así se puede alcanzar un objetivo tan ambicioso y seguir avanzando hacia la consecución de la Excelencia Empresarial.
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